LA JUNTA NO APRENDE LA LECCIÓN E IMPROVISA EL INICIO DE CURSO

Dentro de un mes abrirán sus puertas más de 600 centros educativos en la provincia de Jaén, con más de 120.000 alumnos y alumnas que prevén iniciar este nuevo curso escolar. A día de hoy, esa apertura se llevaría a cabo en medio de la más absoluta improvisación, falta de planificación y ausencia de recursos, medios y medidas que hagan efectiva y segura esa vuelta a las aulas. La Junta de Andalucía, en un ejercicio de escapismo que empieza a ser ya alarmante, parece que aún no se ha enterado de que el pasado mes de marzo hubo que declarar un Estado de Alarma en España para afrontar una emergencia sanitaria internacional. No se enteró durante aquellos meses, donde fue incapaz de planificar un fin de curso normalizado, dentro de la singularidad del confinamiento, y mucho menos en igualdad de condiciones, como todas las cifras de brecha digital se han empeñado en confirmar.

La Junta de Andalucía ni siquiera aprendió la lección de aquella etapa. Los meses han pasado, el mando único se trasladó a la comunidad autónoma, que además es quien tiene las competencias en educación, pero esto no ha servido para que se corrijan los errores y se enmiende el comportamiento deficiente de la Consejería de Educación, que sigue sin asumir que ésta es su responsabilidad y que no se puede poner de perfil.

Ha tenido tiempo de sobra para planificar lo que ya se sabía: que el inicio de curso escolar iba a estar complicado por las circunstancias de salud pública que afectan a todo el planeta. Por tanto, han tenido meses suficientes para diseñar un plan a la altura de esas circunstancias, un plan integral, con medidas suficientes y con recursos económicos efectivos para darle cumplimiento. Un plan que garantice las medidas básicas de prevención en las aulas y que no descargue la responsabilidad en los equipos directivos ni en los ayuntamientos de los municipios, sencillamente porque la competencia en este asunto recae de manera clara y diáfana en la Junta de Andalucía.

No hay nada. La Consejería ha dejado pasar el tiempo. Nos hemos plantado en pleno mes vacacional, el tradicionalmente inhábil agosto, y la Junta no ha hecho los deberes para afrontar con garantías y seguridad el inicio de curso. La indignación es generalizada en la comunidad educativa, porque no se ha escuchado a los sindicatos, se ha despreciado a los directores y se ha ninguneado a las familias. Las administraciones están para resolver los problemas, con más motivo si son problemas del calado de una pandemia, y por lo tanto nadie entiende cómo la Junta de Andalucía de PP y Ciudadanos está literalmente escondido en un asunto tan grave y serio como éste, donde hay tanto en juego. No es de extrañar que las familias reconozcan sentir miedo por la incertidumbre de esa vuelta a los colegios sin planes, recursos, medidas y apenas información.

Cuando una administración no traslada seguridad, algo falla. Cuando la Junta de Andalucía elude su responsabilidad y abandona a toda una comunidad educativa cuando más falta hace la autoridad moral de una administración, algo falla. Cuando PP y Ciudadanos se dedican a recortar unidades educativas públicas, a aumentar las ratios en vez de reducirlas o a rebajar las subvenciones a las escuelas infantiles, algo falla. Porque se está trasladando la impresión –ojalá que sea errónea– de que las derechas mantienen vivo su plan de desmantelamiento de la de la educación pública con el corononavirus como coartada y no como necesario freno. Si la pandemia no lleva a la Junta a posponer sus planes de deterioro de la educación pública, el PSOE dará la batalla este mes de agosto y en el inicio de curso escolar, en el Parlamento, en la calle y donde sea necesario, de la mano de los profesionales, de los docentes y de las familias.

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