Artículo de Opinión
LUCHAR CONTRA LA DESIDIA
Vivimos, desde un tiempo a esta parte, en una suerte de apatía que parece hacernos impermeables a lo que nos rodea como sociedad. Y no venimos aquí, de las JSA Jaén, a soltar lecciones ni decirle a nadie lo que tiene que hacer. Pero necesitamos recuperar esa conciencia que nos permite denunciar constantemente los ataques de gobiernos como el de Moreno Bonilla contra derechos y servicios básicos.
El inicio de curso escolar ha llegado a Jaén con lindezas como la falta de PTIS, comedores escolares cerrados, el encarecimiento del curso escolar para las familias, falta de médicos o la constatación de que el bono al alquiler joven se está gestionando con mala fe.
Motivos más que suficientes para ratificar la desidia con la que Moreno Bonilla está gobernando Andalucía.
Y nos toca, sobre todo desde sectores como la juventud, reivindicar la alegría con la que se tienen que desplegar políticas de presente y futuro para la juventud.
El bono al alquiler joven es un claro ejemplo: queda claro que es una medida que apuesta por resolver (en parte) uno de los principales problemas a los que se enfrentan los y las jóvenes, que es el acceso a la vivienda.
Pero ese dinero, transferido por el Gobierno de España a la Junta de Andalucía, encontró un destino muy distinto cuando pasó Despeñaperros: los cajones de San Telmo.
Una situación que se puede tildar de gravísima, que pone negro sobre blanco la falta de creencia de Moreno Bonilla en causas como la emancipación de la juventud. Una más, porque esta se suma a la falta de creencia en la sanidad pública o en la educación pública.
No engañaba a nadie un Presidente que, cuando lo necesitó, acuñaba términos tan vergonzosos como violencia doméstica para poder disfrutar de los votos de VOX en la legislatura pasada. Y tampoco engaña a nadie ahora que sigue aplicando el recetario del PP pero, como siempre hace la derecha, esconde su verdadera hoja de ruta.
Por eso convocamos, como siempre lo han hecho las Juventudes Socialistas, a los y las jóvenes a identificar la desidia y la apatía con la que se gobierna en Andalucía. Y los convocamos a que se alce la voz contra aquellas medidas que vienen a deteriorar los derechos y servicios más básicos. A que la calle recupere esa pulsión que decayó, entre otras cosas, por la pandemia.
Son espacios que la juventud está obligada a ocupar y a llenar de propuestas, de ideas, de alegría y de un futuro que aún está por escribir.