EL 3 DE ABRIL DE 1979 SE CELEBRARON LAS PRIMERAS ELECCIONES MUNICIPALES
Tras dos elecciones anteriores, en junio de 1977 con la convocatoria de la Asamblea Constituyente y las elecciones generales de marzo de 1979, un mes más tarde, el 3 de abril, tenían lugar las elecciones municipales. El PSOE concurrió con 3.300 candidaturas, abarcando la totalidad de los municipios con más de 10.000 habitantes, lugares donde la izquierda consiguió la mayoría (el PSOE logró la victoria en 1.100 localidades), así como en la casi totalidad de capitales de provincia incluyendo Barcelona, Madrid, Málaga, Sevilla, Valencia y Zaragoza. Los resultados más abultados para la izquierda se consiguieron en los municipios pertenecientes a los cinturones industriales.
La UCD logró la victoria con el 30% de los votos. Pero debido a la ley electoral, era necesaria una mayoría absoluta para la gobernabilidad de los ayuntamientos. El PSOE y el PCE comenzaron entonces a negociar mayorías estables que permitiesen la estabilidad de los consistorios, dejando de lado los reproches mutuos de los meses anteriores.
El mismo día 3, Santiago Carrillo envió una oferta de pacto al PSOE, reuniéndose ambas fuerzas al día siguiente. La reunión, que tuvo lugar en la sede del PSOE, en la calle García Morato, entre los dirigentes del PSOE y del PCE se celebró entre las ocho y las diez de la noche, y asistieron, por la parte socialista, Felipe González, Alfonso Guerra, Enrique Múgica, Luis Gómez Llorente, Guillermo Galeote y Luis Fajardo, y por la parte comunista, Santiago Carrillo, Simón Sánchez Montero, Ignacio Gallego, Carlos Alonso Zaldívar, Eugenio Triana y Enrique Curiel.
Una comisión mixta sería la encargada de estudiar la forma de concretar el pacto municipal, llegando al acuerdo de que los concejales de los dos partidos políticos votarían como alcalde al mejor posicionado en cada municipio al haber conseguido mejor resultado. El reparto de poder quedó con 1.039 alcaldías para el PSOE (con 12.000 concejales) y 250 para el PCE (con cerca de 3.800 ediles).
Veintiuna capitales de provincia quedaron en manos socialistas, destacando las alcaldías de Enrique Tierno Galván en Madrid, Narcís Serra en Barcelona (en Cataluña, además, se negoció con Convergència i Unió consiguiendo 230 alcaldías más), Fernando Martínez Castellano en Valencia, Ramón Sainz de Baranda en Zaragoza y Tomás Rodríguez Bolaños en Valladolid. Para el PCE, con Julio Anguita, quedó Córdoba, única capital de provincia en la que quedaron en primera posición, Sevilla fue para el candidato del PSA y Bilbao y San Sebastián para el PNV.